lunes, 29 de mayo de 2017

¡CON LOS LIBROS SIEMPRE!



En el día de ayer, escritores, editores, libreros y sobre todo, lectores, acudieron a la manifestación en pro de la lectura con la que se clausuraba la Feria del Libro de Sevilla, 2017. Como en cualquier  manifestación que se precie, se expusieron carteles y pancartas y se corearon lemas reivindicativos acompañados del ruido de pitos y megáfonos, mientras los asistentes, entre los que se encontraban algunas autoridades y políticos, portaban libros impresos en papel para reivindicar la importancia de la lectura como arma de futuro.

Se oyeron lemas tan sugerentes como

"no nos mires, ponte a leer"

"MÁS LECTURA, MENOS INCULTURA"

"LA LECTURA CAMINA ADELANTE, LA INCULTURA CAMINA PÁ ATRÁS"

"LUEGO DIRÉIS QUE SOMOS CINCO O SEIS"


Javier López, Director de la Feria, leyó un manifiesto en el que exigía, en nombre de los lectores, que las bibliotecas y las aulas se llenen de libros, que la lectura esté siempre presente en los medios de comunicación públicos y que, desde las administraciones públicas, se apoye a autores, editores y libreros.

El acto terminó con un minuto de silencio para leer y alzando cada uno de los manifestantes su propio libro al tiempo de lanzar el lema final:



 ¡¡¡VIVAN LOS LIBROS!!!











CASA DE LOS POETAS Y LAS LETRAS






viernes, 26 de mayo de 2017

V MARCHA DE LA MUJER "ACTIVA SALUD"


Este año,se ha vuelto a desbordar del cauce de las emociones, nuestro río Rosa, en la "V Marcha de la Mujer".
                   
Ha habido alegría, compañerismo y mucha energía positiva para ayudar a recorrer un camino duro en algunos tramos y casi intransitable en otros, pero que llevará a una pradera más fácil de recorrer, como dice nuestro lema: La marcha es la esperanza; la curación es la meta, que ha merecido el premio, por parte del jurado, al lema más original.

                                            Río Rosa
Música, igual a sonido más tiempo.
Marcha, igual a la acción de la mujer.
La música de la acción de la mujer.
la acción de la mujer en su marcha.
El sonido de cientos de mujeres, 
ha sido música para todo el río Rosa 
que se deslizaba
en la suave compañía
del río Guadalquivir,
atento a ese trotar femenino
lleno de vida.
Acción femenina que puede 
mover montañas o ríos rosa.
Con destino predestinado o incierto
pero lleno de vida y determinación
hacia adelante,
ninguna queja.
Si nos hubiéramos encontrado una muralla.
la hubiéramos atravesado
para concluir nuestra marcha.
Nos hemos demostrado a nosotras mismas
que cualquier objetivo,
sea del color que sea,
con la acción correspondiente,
es realizable.

¡VIVA LA MUJER
Y SUS ACCIONES COMPROMETIDAS
EN LA REALIZACIÓN DE CAUSAS JUSTAS!

Da igual el color
Javier y Francisco Javier, educándose en igualdad y solidaridad


El premio


domingo, 21 de mayo de 2017

FERIA DEL LIBRO

DISCURSO DE APERTURA DE LA FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA, A CARGO DE LA ESCRITORA DOLORES REDONDO


LA IMAGINACIÓN ES UN GUARDIÁN INVISIBLE


He de comenzar dando las gracias, primero por el honor y la oportunidad que se me brinda al encargarme este discurso.

Este, es un momento de fiesta y celebración que abre la puerta a lo que será en los próximos días la fiesta del libro, de los libreros, de los autores, de los lectores, de todos nosotros.

La distancia que durante todo el año separa al  autor  de su lector, se limitará a la  frágil barrera de  libros expuestos a uno y otro lado de las casetas. Una barrera que lejos de ser barricada que impida la comunicación, ha sido, es, y será fuente para las palabras y el conocimiento de la humanidad: el libro, el elemento en torno al que celebramos y festejamos esta fiesta, el homenajeado de hoy. Porque si algo nos distingue a los que nos ponemos a uno y otro lado de las casetas en la feria, es nuestro amor a la lectura, es la creación vista desde dos realidades, la del autor y la del lector en un espacio nuevo, íntimo, en el que convergen fisicidad y evocación y la posibilidad de que este entorno de mágico encuentro se siga celebrando cada año, queremos agradecérselo a eventos que, como este, como Feria del Libro de Sevilla, vienen haciendo desde hace mucho tiempo, tanto por la lectura.

Gracias por el honor, gracias por acompañarme, gracias por atreveros a escuchar mi credo, aquello en lo que creo.

Que creo en lo invisible, lo sabéis todos los que me leéis. Creo en la valentía, en la lealtad en el amor, en la amistad y en la magia. Creo en las perfectas casualidades que conforman las tramas del destino y de los hados que siguen  tejiendo mi camino con hilos que algunos llaman suerte y en los que yo reconozco la batuta invisible de la magicalidad, componiendo sinfonías de felices casualidades que no me creo, esa sí que no.

Cuando me invitaron a hacerme cargo de este discurso, de este evento, me sentí honrada, feliz y un poco preocupada porque, unido a la invitación, siempre viene el encargo y la propuesta de un tema, pero bueno, como os he dicho que no creo en las casualidades, mis esperanzas se vieron satisfechas cuando me pidieron que hablase del fomento de la lectura, del lema que es este año objetivo de la Feria y lo que viene siendo el mayor y más fiel de mis amores y de mis amantes en toda mi vida: la lectura y de un hecho que quizás es el más importante de toda mi vida: el momento en que aprendí a leer porque creo que, del mismo modo que los primeros pasos que da un bebé, la aproximación a los alimentos o al lenguaje oral, la lectura, ha de formar parte de lo básico siendo uno de los aprendizajes indispensable que conforman al ser humano, sienta las bases de cómo se comunicará,  de cuál será su entendimiento, hasta qué punto será fecundo su aprendizaje, o la facilidad o dificultad que entrañaran sus relaciones con los demás pues el cimiento de lo que nos conforma como seres humanos, y heredamos de todas las civilizaciones que nos precedieron, lo aprendemos de modo instintivo por imitación.

En los dos primeros años de nuestra vida, se da este fenómeno. Cualquier experto en comunicación, socialización o nutrición os dirá que si en estos primeros momentos no se crearon las bases del aprendizaje, tratar de instaurarlas más tarde acarreará dificultades que en algunos casos, jamás serán superadas. Puede parecer baladí hacer hincapié en la importancia de aprender a leer en la infancia, al fin y al cabo, vivimos en un país alfabetizado en el que todos aprendemos a leer cuando somos muy pequeños y en base a ese aprendizaje se cimenta la educación y los conocimientos que adquiriremos durante toda nuestra vida.

Entonces, si todos aprendimos  a leer, si fue a través de la lectura como el conocimiento caló en nosotros con los textos escolares, si todos entendemos la importancia de reconocer la simbología de la que estamos rodeados con carteles, con anuncios, con lecturas que aparecen por todas partes hasta en el whatsApp de nuestro móvil, todos conocemos y reconocemos la lectura como elemento principal del saber, ¿cuál es la causa de que nuestro país ocupe un vergonzoso lugar en los puestos de lectura mundiales?

Tengo un recuerdo fresco, lo tengo fresco a fuerza de evocarlo, un instante muy especial. Yo tenía casi cuatro años, tenía tres todavía, e iba de un lugar a otro con una cartera de cuero muy parecida a la que llevaban los carteros de antes porque los de ahora ya no llevan eso. La llevaba repleta de cuentos, coloridos troquelados de cartón que constaban apenas de una docena de páginas cuyos dibujos yo estudiaba hasta el mínimo detalle. Recorría la casa y hasta salía a la calle a una plazuela en la que los niños jugaban y los vecinos tomaban el sol, y buscaba  un adulto. Le tendía mi cuento y decía ¿me lo lees? Sonreían y me lo leían. Mientras, yo escuchaba fascinada una historia que casi me sabía de tanto oírla.

En cuanto terminaban, yo ya tenía otro preparado: ¿me lees otro? Pocas veces conseguía que me leyesen dos seguidos por lo que emprendía otra vez mi marcha en busca de otro incauto que se aventurase a preguntarme qué llevaba en mi cartera.

Mi peregrinaje terminó cuando mi madre me convenció con un argumento que esta vez no pude rechazar porque ella ya lo había intentado otras veces. Siempre me decía: deberías aprender a leer solita. ¿Quieres que te enseñe?

Yo miraba las letras, muchas, enrevesadas, y le decía: no, léemelo tú. Pero esa vez me dijo: si aprendes a leer, no tendrás que ir buscando voluntarios, podrás leer las historias cuando quieras y cuantas veces quieras, de día o de noche. Esta promesa resultó más seductora. La independencia y la libertad siempre han sido argumentos válidos para mí. Recuerdo los días que siguieron: primero, el esfuerzo de juntar letras. Lla magia cuando finalmente pude descifrar el mensaje oculto, impenetrable hasta entonces. Fue uno de los momentos más importantes en mi vida. Lo recuerdo a menudo, lo recordamos en casa y fue uno de los momentos más mágicos de mi vida: cuando pude leer sola. Muy parecido seguramente a como la mayoría llegamos a la lectura.

Pero leer pudo haberse convertido en lo que es para muchos, tan solo el vehículo por el que se afronta la obligación académica: los deberes, las historias que no nos interesan, las lecturas obligadas. Y no es que mi mundo académico haya sido distinto al de los demás. Independiente e imaginativa como era desde muy pequeña, el universo escolar me resultó tan aburrido como haya podido resultárselo al que más.

Entonces, ¿por qué mi entusiasmo por la lectura no naufragó en el proceloso mar donde fue a parar el gusto por los cuentos de tantos y tantos niños? ¿Por qué me sigue encantando?

Yo sé dónde está la diferencia. Sé por qué seguí amando leer. Sé por qué ni los deberes ni el texto académico ni leer una y otra vez aquella lección que no entraba, consiguieron apartarme del sentido primigenio que tuvo para mí la lectura. La sensualidad, la aventura, la transgresión, la fuga y la desobediencia que suponía leer, lo que yo quería leer.

Y fue el modo en que la lectura llegó a mí. Porque mucho, mucho antes de que yo aprendiera a juntar las letras revelando sus sonidos y significados, mucho antes de que pudiera tomar uno de aquellos cuentos de mi cartera ya me había enamorado de la lectura, leyendo en la voz de otros. Conocía de memoria las historias que se narraban en aquellos cuentos. De tanto oírlos me adelantaba a la explicación del narrador antes de que llegase. Porque aprendí a leer igual que aprendí a contar hasta diez, sin saber los números, sin saber siquiera que eran, a pintar sin saber los colores, el nombre del pan y del agua sin saber que eran o de dónde salían, simplemente, me los llevaba confiada a la boca. Mi madre me enseñó a caminar de su mano antes que a correr, a balbucear antes que hablar, a cantar antes que las notas musicales y amar la lectura antes que a leer.

Cada noche me leía un cuento y, como Sherezade en la mil y una noches se sabía contener el final de la historia y la dejaba aplazada hasta el día siguiente dándome la oportunidad de revivir mentalmente todos los elementos que ya conocía e imaginar la continuación de la historia que seguía representándose en mi mente. No solo me enseñó a escuchar, sobre todo, me enseñó a imaginar y para ello no necesitó una pantalla, un tablet, un guión de ilustraciones ; tan solo dejarme en ascuas hasta el día siguiente promoviendo así esa sensación de poder, de fuga, de evasión inigualable que sigo sintiendo cuando leo.

Os emplazo a leerle a los niños, contarles historias, las que sean, las de su propia familia, las de su propia ciudad. Dejadles imaginar cómo eran las calles, los barcos que navegaban el río, el ropaje de la gente,..

Olvidad por un instante el fin académico de las lecturas, las historias aleccionadoras y los juegos sobreestimulantes destinados a que aprendan a ser ordenados o a que se laven los dientes, que ya habrá tiempo para eso. Dejadles soñar con mares agitados por la tormenta, con marinos valientes que mantienen su barco a flote. Con ciudades arrasadas de lava candente del volcán que solo se duermen enterrados quizás bajo su propia casa y fantasmas, presencias entre este y otro mundo, quizás los dueños originales de aquellos tesoros.

Apagad la pantalla y encended la imaginación con historias que ellos puedan completar con sorprendentes teorías y quizás, así consigamos que cuando llegue la formación, las lecturas obligadas, los deberes, vuestro hijo siga amando la lectura y siga sintiéndola como evasión .

Que la imaginación se convierta en el guardián invisible que persevere el amor por los libros.

Tengo la inmensa suerte de ser una de esas autoras que llegan por igual a hombres que a mujeres, que a chicos muy jóvenes y a personas mayores. Una de las cosas que más me satisfacen es saber que mis novelas son lecturas en muchos institutos. Algunos educadores ya han dado un paso en la dirección, a mi gusto adecuada, dejando que sean los chicos, los adolescentes, los que propongan, al menos, el grueso de las lecturas escolares. No por esto propongo olvidar la importancia de leer los clásicos, pero abogo por las lecturas tuteladas y presenciales, en clase, en voz alta. Porque muchos de los libros que fascinaron a generaciones pasadas que forman parte del grueso de nuestras librerías, resultan hoy anacrónicos, aburridos y carentes de interés si la lectura no se acompaña del conocimiento de un lector avanzado que explique la obra, como lo hacía mi madre.

Comentar un clásico poniendo en valor el momento histórico, social, la crítica que encierra o a las vicisitudes a las que tuvo que enfrentarse el autor al escribirla, la censura de la época o el escándalo que supuso en su momento narrar ciertas historias, contribuye al interés, al debate y al respeto al autor. Y yo misma confieso, que en más de una ocasión me he acercado a un libro, solamente porque estuvo prohibido, porque fue censurado o porque resultó escandaloso en su momento.


Cerca de donde vivo, en Tudela, hay un poeta, Pepe Alfaro, que en su juventud fue seminarista. Él me contó esta anécdota: me dijo que en su convento había una estantería de libros prohibidos con un hermoso cartel que así rezaba “Libros prohibidos”. Enrejada y custodiada por un grueso cerrojo. Solo que el bibliotecario, a menudo se olvidaba, por descuido, la llave sobre la mesa e incluso sobre el armarito. Así que, cuando salía de la sala, como digo, solía olvidarla. Mi amigo me contó que en el tiempo en que estuvo en el seminario, tanto él como sus compañeros, leyeron todo el contenido de la estantería.

Así pues, la importancia de estimular el deseo, de ofrecer la libertad que da leer lo que deseas, es sin  duda, impagable.

Ya os he contado que adoré leer en mi infancia pero en la adolescencia la necesidad de acceder a nuevas historias supuso una cota insostenible para mi familia. Soy la hija de un marino, la mayor de cinco hermanos. Éramos socios del Círculo de Lectores y cada mes o mes y medio traían un par de libros a casa. En menos de una semana, yo, ya los había fulminado, así que, hubo que buscar nuevas fuentes. Vivía en un quinto piso sin ascensor y, como era costumbre en la época, seguro que muchos lo habéis experimentado, me detenía en los descansillos para charlar con las vecinas que tenían las puertas de casa abiertas y te comentaban qué estaban cocinando, qué habían hecho para comer. Yo aprovechaba para otear en el interior de sus casas y ver si tenían libros y pedirles que me los prestaran. Así, leyendo de prestado e intercambiando, obtuve una salvación temporal hasta que por fin descubrí las bibliotecas públicas.

El compromiso con el fomento de la lectura, se ha convertido en una de mis principales labores en los últimos años y considero que es importante labrar la cantera de la imaginación de los niños, antes, incluso, de enseñarles a leer, pero es a las bibliotecas públicas hacia donde debemos dirigir nuestros mayores esfuerzos. Las bibliotecas y sus clubes de lectura.

El reducto que se ha mantenido inquebrantable durante estos duros años de la crisis, de la piratería y del libro electrónico que hasta hace muy poco amenazaba con hacer caer el imperio del libro impreso, el más hermoso invento de nuestra civilización.

Las humildes bibliotecas públicas y los clubes de lectura, se han convertido en los últimos tiempos, en la esperanza y el bálsamo para el daño que nos causan las deplorables cifras de lectura en nuestro país.

Recupero la fe cuando les veo, cuando veo el compromiso, la labor y el trabajo diario que acometen personas que aman leer tanto como yo. Hay esperanza porque contra esas vergonzosas cifras del nivel lector, han surgido centenares de grupos de lectura presenciales, on line o incluso a través de grupos de whuatsApp. Personas que se citan personal o virtualmente, para  debatir, para ilusionar, para alentar en la lectura. Y el trato constante con ellos, de mi trabajo con muchos de esos clubes de lectura, ha surgido la convicción de que es en las bibliotecas, cunas del saber y del poder de nuestra civilización, donde puede estar la cura o, al menos, el alivio para la mitad de los males que aquejan a nuestro nivel lector.

Creo en la importancia de dotarlas con un número suficiente de novedades que estimularían más a la lectura y a la participación de esos grupos con los que me vuelco como autora, con los que participo constantemente reuniéndome en cada ocasión con entre 400 y 700 lectores. Mañana mismo lo haré en Toledo. Lectores que leyeron mis novelas en libros prestados como mucho tiempo leí yo.

Creo que debemos trabajar e invertir en campañas de sensibilización de la lectura como algo cotidiano, divertido, social y accesible pero también como un arma. Como un arma poderosa contra la ignorancia y contra la intolerancia. Creo que debemos llamar la atención sobre la importancia de leer como elemento principal e insustituible para el aprendizaje y de la comprensión lectora que es casi tan importante,  como elemento indispensable para una mejor y más clara percepción de nuestro mundo y de nuestras libertades. Porque es imposible la paz y la igualdad sin tolerancia, porque es imposible la tolerancia sin comprensión y es imposible la comprensión, sin comprensión lectora.

Así que, os invito a haceros el carnet de la biblioteca si no lo tenéis, a regalárselo a vuestros hijos como regalo de cumpleaños y como evento especial, a llevar a vuestros libros a pasear, a llevarlos como complemento de moda, llevarlos por la calle porque un libro es el complemento perfecto: os hará interesantes por fuera, pero sobre todo, por dentro

 

 Dolores Redondo Meira, ( San Sebastián, 1969)

Alcanzó gran popularidad con su trilogía de novela negra Trilogía del Baztán (El guardián invisible, Legado de los huesos y Ofrenda a la tormenta).
 Ha obtenido el Premio Planeta, 2017, por su novela Todo esto te daré.




jueves, 18 de mayo de 2017

LETRAS EN SEVILLA, II

LOS MITOS DEL FINAL DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Literatura y Guerra Civil

Hemos quedado Elisa y yo, esta mañana en la parada de autobús, hemos esperado muy poco tiempo y hemos tardado menos en llegar a Plaza de Armas. Esa ha sido mi percepción.

Nos dirigimos andando por las calles del centro de Sevilla, a nuestro destino. Son acogedoras, no  agobiantes como las de otras capitales, como Madrid.

Llegamos pronto al exterior de la sala de conferencias; ya había una pequeña cola , esperando entrar.

Algunos comentarios y en un pis pas, se abrieron las puertas. Las dos estábamos contentas y algo inquietas.

Nos acomodamos muy cerca del escenario y de pronto la vimos sentándose: ¡ Almudena Grandes, en cuerpo mortal!. Llamé su atención y amablemente me atendió, firmando mi entrada .!Qué suerte!.

Elisa ha estado ejerciendo de reportera eficiente, fotos y videos a los intervinientes, por lo tanto, ha hecho fotos a :

El Hispanista y biógrafo Sr. Ian Gibson,
Sr. Arturo Pérez Reverte, Periodista y novelista
El profesor Sr Antonio Molina, de la facultad de Comunicación,
El periodista Sr. Jesús Vigorra ,como moderador y claro a la Sra. Almudena Grandes.

Hicieron referencia a grandes hispanistas y escritores, sobre todos ingleses y americanos.
Hugh Thomas, autor de la monumental obra La guerra Civil Española, John dos Passos, Ernest Hemingway, etc.

Grabó vídeos a a:
Almudena Grandes, autora de Inés y la Alegría, primer volumen de una colección que se va a llamar Episodios de una guerra interminable,  sobre la guerra civil española,
La escritora, pidió la palabra para señala, la no mención a dos escritoras importantes de la época:
Elena Fortún, (Encarnación Aragoneses de Urquijo), escritora republicana, dedicada a la literatura infantil. Subrayó, que era la única escritora republicana, que había tenido influencia durante la dictadura, con su personaje Celia. y Mª Teresa León Goyri escritora española integrada en la Generación de 27. Mujer comprometida con el conflictivo tiempo que le tocó vivir,e enfrentándose a críticas y convenciones sociales.

Almudena Grandes destacó de esta autora el libro Memoria de la Melancolía. Nos recomendó e hizo hincapié en su lectura.
El final de la mesa redonda se resumió en unas palabras del escritor Paul Preston, que por enfermedad no ha podido acudir,que dice:
La guerra terminó, pero aún no se ha resuelto sobre el papel”

Al acabar, Elisa, pidió a Almudena Grandes, hacernos un selfie, y tan amablemente como al principio aceptó

Nos ha encantado, y en el camino de vuelta, nos acordamos de la charla del Sr. Batalloso de ayer en el club de lectura.


Aprender a ser feliz”, para Elisa y para mí asistir a esta conferencia, había sido un momento de FELICIDAD.
                                                                                         Maribel Martín







Hemos asistido a la charla coloquio sobre voluntarios, escritores, periodistas, fotógrafos, hispanistas, extranjeros, soldados que vinieron a luchar tanto por el lado republicano como en el frente nacional en la Guerra Civil Española.

Destacar entre los tertulianos a Ian Gibson, hispanista y especialista en historia, Arturo Pérez Reverte, escritor y periodista de guerra; la escritora Almudena Grandes, comprometida con la recuperación de la memoria histórica y el papel de la mujer a lo largo de la historia en este país.

Curiosidades comentadas:
-         Se ha dado datos falsos sobre la guerra civil, con un claro interés manipulador de la opinión pública.
-         El papel principal del general Emilio Mola y su extraña muerte accidental aprovechada por Franco.
-         La idea romántica por parte de la opinión internacional sobre el conflicto. Algunos llevados por esta errónea percepción, llegaron a nuestro país y se marcharon horrorizados ante el verdadero terrorismo y masacre ejercido por ambos bandos.
-         La generación del 27 y la labor cultural en las Residencias de estudiantes y suprimidas por el golpe de Estado.
-         El carácter español dentro del conflicto bélico: no sólo hay que demostrar que somos los vencedores, es que hay que aniquilar al vencido y sus ideas.

Ha sido muy  activa e interesante la participación del público al final del acto y por último, la intervención de Almudena Grandes ante la la pregunta de un asistente en el papel de mujeres representativas durante el conflicto, recordando el papel de la escritora Elena Fortún, dedicada a la literatura infantil y juvenil.

Ha resultado un encuentro emocionante e instructiva 
para los que amamos la historia y la literatura.

                             Elisa Tamayo























miércoles, 17 de mayo de 2017

ENCUENTRO CON EL AUTOR


Nos visitó  Juan Miguel Batalloso Navas,  Maestro de Enseñanza Primaria, Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, Doctor en Ciencias de la Educación. 


A lo largo de treinta y cinco años de profesión docente, ejerció diversas responsabilidades: Profesor de Educación Primaria, Director Escolar y Orientador Psicopedagógico . 

Ha impartido numerosos Cursos de Formación del Profesorado, así como Conferencias nacionales e internacionales (Brasil, México, Perú y Portugal), tareas profesionales que ha compatibilizado con variadas actividades de carácter social y cultural.

Autor de diversos trabajos de investigación (Comprensión lectora y animación a la lectura; Origen social y éxito escolar: estudio de reproducción social; Educación liberadora y bases para un nuevo paradigma educativo), publicaciones de libros ( Evaluación Didáctica; La Educación como responsabilidad social; Bases para un nuevo paradigma educativo; Vivir la escuela. Vivir la democracia. Actualidad de la SAFA de Riotinto; El horizonte Humano. Conversaciones con Fernando Camacho...) y numerosas colaboraciones y coordinaciones.

Como base a la conferencia que nos ofreció, nos había proporcionado una separata de su libro Dimensión de la Orientación Educativa hoy, (Dimensión personal. El yo y la conciencia. Aprender a ser) que si durante la lectura nos había resultado algo difícil debido a su vocabulario técnico y filosófico, nos quedó completamente aclarado después de escuchar lo en una versión cercana y apasionada con la que defendió sus teorías.




   

                                                                       Más en : LEO, LEES, LEEMOS...

miércoles, 10 de mayo de 2017

LETRAS EN SEVILLA


 

La Fundación Cajasol, organiza un ciclo de conferencias bajo el título de Letras en Sevilla en las que se propone una reflexión sobre ‘Literatura y guerra civil’ a partir de la visión de historiadores como Paul Preston, Juan Pablo Fusi y el hispanista Ian Gibson, y los novelistas Arturo Pérez-Reverte, Almudena Grandes y Sento LLobell, que van a participar en estas jornadas literarias, del 15 al 17 de mayo.

Letras en Sevilla nace con la intención de convocar anualmente un encuentro de escritores nacionales e internacionales en torno a un tema literario. Para esta primera edición el elegido ha sido la Guerra Civil.

Programación


              
              12:30 h.

20 h.
lunes, 15
Historiador, Juan Pablo Fusi:
En el fuego del combate: reflexiones sobre la complejidad de la Guerra Civil.
Escritor, Arturo Pérez-Reverte sobre Periodismo y Guerra Civil: la primera bala es la verdad.

    Martes,16


Hispanista, Ian Gibson:
Releyendo a Arturo Barea, La forja de un rebelde.
Sento Uriel, autor  de la trilogía sobre la Guerra Civil, en cómic, “ Doctor Uriel”: Dibujando la memoria
    Martes,17


Historiador e hispanista, Paul Preston:
Los mitos del final de la Guerra Civil española.
 Escritora, Almudena Grandes:
España, S. XX. La historia interminable.  




Invitaciones gratuitas hasta completar aforo en taquilla o a través de los teléfonos 954 50 82 00 o en el 954 50 82 13