Fue tu mirada verdeoliva
que doblegó mi férreo torso.
Luciérnagas de noches sin estrellas,
de saco de dormir pegado al suelo.
A través de ellos llegué
a adentrarme
en los secretos de la colmena,
de una rosca sin fin.
me siento tan de este mundo
que quiero beber a sorbo lento
creer en el día de la ardilla
y leer en el iris
tu diario de a bordo.
Entre lámparas siempre ocultas
encontré el neón de tus ojos,
lo tengo frente a mí, se disipa,
brilla con toda intensidad.
Lo veo
vagando por entre muros de vergüenza.
Verdeoliva
como la tarde que dibuja en el horizonte
la figura de una dama,
saltando entre algodones,
mano abierta, tul de seda,
extiendo la mía,
alargo al límite la tercera falange
y vuelvo a tus ojos.
Bonito, ¿verdad? Es un poema de nuestro compañero Pepe Rodríguez. Si queréis empezar a conocer su obra , os recomiendo su blog: http:// arruillo.blogspot.com